Fue por Noviembre cuando, a través de Etwinning, tuve la suerte de encontrar a mis cinco socias para el proyecto sobre el fomento de la lectura. Desde entonces hasta que lo entregué en Marzo la colaboración fue continúa. Sugerencias, aportaciones, implicación son las palabras que definen estos primeros contactos, que no se detuvieron durante los meses de espera.
En este tiempo de incertidumbre ante la aprobación del Erasmus, acrecentada por la presencia de la pandemia tuve momentos de querer detener todo el proceso y renunciar a la presentación del proyecto. Sin embargo, sus ganas, su entrega, su ilusión, su fortaleza y su apoyo en momentos tan difíciles me llevaron rápidamente a abandonar esta idea y a volcarme nuevamente en la tarea. A finales de Agosto, extraoficialmente, recibíamos la noticia: nuestro Erasmus había sido seleccionado.
Sin esperar a la resolución inicial nos poníamos manos a la obra y comenzábamos a reunirnos telemáticamente. Nuestro primer encuentro telemático fue el 27 de Agosto y desde entonces nos venimos reuniendo todos los miércoles durante un par de horas, pues aunque la pretensión es que las reuniones duren una hora, siempre se nos queda corto.
Hoy 27 de septiembre, un mes después de nuestra primera reunión telemática tenemos activa y organizada nuestra web, abiertas y en marcha las redes sociales,informados a padres, alumnos, profesores y equipos directivos, seleccionados a los alumnos participantes, definidas y presentadas las tareas previas a la primera movilidad, informados también a los agentes locales y nos encontramos en estos momentos iniciando el proyecto Etwinning y preparando la celebración del Erasmusdays.
Seis centros distintos y distantes funcionando con fuerza al unísono.
Era un reto coordinar un Erasmus con el máximo número de países asociados y este reto se ha transformado en una maravillosa oportunidad para crecer, aprender, compartir y contribuir a un mundo mejor sumergiéndonos en el fomento de la lectura.
El equipo toma impulso, avanza y despega.
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