La pandemia mundial del Covid-19 ha marcado un antes y un después en nuestras vidas, desde los más pequeños hasta a los más mayores, esto ha cambiado y está cambiando
nuestra forma de ser, de comportarnos ante multitudes, de
saludarnos, de enseñar y de aprender…
Esta situación ha sido en su mayoría negativa, pero como dice el dicho: De todo lo malo se saca algo bueno, y así ha sido, hemos aprendido a ser más humanos, a echar de menos aquellas pequeñas cosas que no creíamos que nos iban a afectar tanto (como es el paseo mañanero de casa al instituto, o el arreglarse para ir a clase), a darnos cuenta con quién era qué hacías esas largas videollamadas, en fin, el quitarnos cosas nos ha hecho sentir tristeza, miedo, ansiedad, pero también nostalgia. La nostalgia es un sentimiento mayoritariamente bonito, y que nos recuerda cosas y situaciones pasadas, que idealizamos. Esa oración que dice: Todo momento pasado fue mejor. NO, en el futuro recordaremos el pasado, que actualmente es nuestro presente y nos daremos cuenta de lo que superamos, de lo que vivimos, nos acordaremos del miedo pero también de todo lo que nos pasó encerrados en casa.
Esta situación sigue siendo difícil, hay aumento de casos, hay cada vez más muertes por lo que no sabremos si podremos hacer todas esas movilidades. Evidentemente TOD@S, tanto profesores como alumnos y familiares, tenemos unas inmensas ganas de que este proyecto se pueda realizar por completo, pero es inevitable pensar en la realidad, no sabemos cómo va evolucionar, no sabemos si va a ir peor, si va a ir mejor, en definitiva NO HAY CERTEZA DE NADA.
Como es lógico, el proyecto ERASMUS no solo lo hacemos únicamente por sus tareas, sino más bien por las ganas de trabajar con gente de tu mismo instituto, o con alumnos y profesores de los diferentes paises, de conocer lugares a los que en un futuro poder regresar, de conocer personas con intereses comunes y de los cuales agradecer haberlos conocido, aprender idiomas, conocer su cultura y tradiciones, etc.
Yo soy una persona muy apasionada, a la que le encanta apuntarse a este tipo de actividades si puedo, pero también soy una chica muy realista, y que tiene en cuenta la opción menos optimista, porque si ocurre lo que quiere que pase, se emocionará mucho, pero si no, su conciencia ya lo sabía. Por ello, aunque esté emocionada porque me hayan dado la posibilidad de que en un futuro viajar, no dejo de ser un poco negativa por lo que pueda ocurrir. De todas formas intentaré esforzarme y pasármelo muy bien durante el camino.
Ana Fernández Navarro
Alumna del IES Floridablanca, Murcia (España)